¿Que hacemos en la dimensión?

El deterioro de los recursos naturales representa uno de los problemas más grandes de la humanidad. La destrucción de dichos recursos, la disminución de los ecosistemas y la mala calidad ambiental, no solo es una consecuencia del propio deterioro ambiental natural, también es consecuencia del descuido y la depredación, que el hombre genera en nuestro planeta y que disminuye, en todos sus sentidos la posibilidad de potenciar e impulsar un desarrollo humano sostenible, que permita diseñar acciones para impulsar la justicia social y al clamor de los desposeídos de la tierra, ofreciendo las condiciones adecuada para una vida digna de cada habitante de nuestra casa común.


El Papa Francisco nos invita a pensar en las causas de los desastres ecológicos, “señala cómo La economía asume todo desarrollo tecnológico en función de un crecimiento económico, sin tener miramientos a las consecuencias negativas para la Casa Común” (L.S., nr.109).


Debemos recordar que el valor de la Casa Común trasciende todo entendimiento humano y debemos voltear nuestra mirada a Dios nuestro creador y a la llamada del Papa Francisco a la conversión ecológica proclamada en su encíclica Laudato Si para promover la conversión ecológica entre los creyentes y los no creyentes.

Consideremos algunos aspectos como datos alarmantes en los hechos que provocan el Calentamiento Global y la decadencia ambiental que vivimos actualmente:

Es por ello y por muchas razones más que una buena “Conversión Ecológica” nos ayuda a volver a descubrir cómo Dios interpela a este mundo, a su historia y a nosotros en ella. Y el papa señala con sencillez, y mucha decisión, los dos hechos mayores de nuestro tiempo: la pobreza y la degradación medioambiental. Esos hechos se convierten en los retos de nuestro tiempo, a los que Dios nos llama con especial fuerza. Por eso el papa habla de conversión, porque se trata tanto de nuestro modo de mirar la realidad como de nuestra manera de relacionarnos con ella.

La pobreza y la degradación medioambiental son dos expresiones simultáneas e interrelacionadas de la libertad humana, por lo tanto, nuestro libre albedrio nos debe indicar que depende de nosotros, el rescate de nuestra Casa Común, en nuestras manos esta marcar la diferencia, entender y retomar el camino que Dios marco para la humanidad, dignificar su creación, asumir nuestras decisiones y aplicar acciones correctivas, así tendremos un futuro con esperanza y para ello iniciemos de manera individual, tengamos el firme propósito de vivir en una familia sostenible, justa y católica, seamos promotores del Cuidado Integral de la Creación.

La conversión nos transforma interiormente y nos hace más sensibles, más atentos y sinceros, de igual manera la conversión también afecta a nuestra manera de relacionarnos con el entorno que habitamos, cambiemos nuestras acciones, actuemos como individuos sostenibles, regresemos a las economías circulares, el consumo local, vivamos en comunidad con Dios como nuestro guía.

Por último, la conversión no es únicamente una acción individual, es una acción comunitaria, ambiciosa, requiere trabajo, fe, compromiso y sobre todo dejarnos llevar por la mano de Dios.

¡Vamos a convertirnos, seamos Promotores del Cuidado Integral de la Creación!, ¡Seamos Apóstoles Sostenibles!, Dios ilumine su camino hermanos y el Espíritu Santo les otorgue el discernimiento correcto y los dones necesarios.

Dios les bendiga, Dimensión del Cuidado Integral de la Creación, Coordinación de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de San Luis Potosí.